A problemas comunes, soluciones colectivas
¿Quiénes somos?
Fundación Homero Contituida el día 30 de Junio de 1991 en la ciudad de Valparaíso obtiene su Personería Jurídica con fecha 30 de Junio de 1992.
Y ha sido un activo participante en la rehabilitación y también en un espacio de conocimientos para los profesionales de la modalidad. Hoy Fundación Homero a través del Decreto 820, está legalmente constituida y con su Resolución Sanitaria al día.
En Chile, pero también en todo el mundo, se utilizan al menos varias definiciones para describir los problemas visuales. Pueden estar relacionados con criterios médicos, como la clasificación utilizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), o criterios funcionales. A primera vista, podría parecer que no hay nada más sencillo que definir el fenómeno de la baja visión, y la diferencia entre una persona ciega y una persona completamente ciega parece ser sumamente sutil. ¿Pero es este realmente el caso?
La ya mencionada Organización Mundial de la Salud utiliza un criterio médico basado en la agudeza visual y el campo de visión. Así, se considera persona completamente ciega aquella que:
- Es completamente ciega (no tiene sentido de la luz)
- Tiene una agudeza visual con corrección máxima con gafas no superior a 0,05
- Tiene un campo de visión reducido a un máximo de 20 grados (en una persona con visión normal tiene un campo de visión de aproximadamente 180 grados en horizontal y 160 grados en vertical)
La definición utilizada en Chile supone que una persona ciega tiene una agudeza visual de 0 a 5/50 (la agudeza visual total de una persona con visión normal es 5/5) y su campo visual está dentro del rango de hasta 30 grados. Para decirlo más claramente, una persona con agudeza visual normal ve desde 5 metros lo que debería ver desde 5 metros. Una persona legalmente ciega puede ver desde 5 metros, lo que una persona con buena vista puede ver desde 50 metros.
Determinar exactamente qué es la baja visión es difícil para muchas personas, porque la mala visión de una persona es un sentimiento muy subjetivo y depende de muchos factores. Sin embargo, utilizando la definición funcional, podemos decir que las personas con discapacidad visual tienen ciertas capacidades visuales, pero su nivel de visión, incluso con la mejor corrección de lentes disponible, les impide realizar actividades cotidianas y las clasifica como personas con discapacidad.
Su funcionamiento puede mejorarse mediante el uso de ayudas ópticas y no ópticas o la adaptación del entorno en el que funcionan diariamente. Las personas con baja visión son el grupo más amplio de personas con problemas visuales, porque incluyen tanto a aquellos que solo tienen sentido de la luz como a aquellos que utilizan, por ejemplo, la visión residual para funcionar visualmente, luchan contra los trastornos de la visión del color o el nistagmo.
En términos médicos, una persona con discapacidad visual es aquella cuya agudeza visual está entre 0,05 y 0,3 y su campo de visión puede estar limitado a 30 grados.
Otro concepto relacionado con la pérdida del patrón es la definición de persona ciega. Se aplica a aquellos que quedaron cegados después de los 5 años como mínimo, es decir, a los 20 o incluso a los 70 años. El límite de edad inferior determina el momento en que una persona ya tiene memoria para imágenes visuales y, por lo tanto, ha logrado recordar cómo son los elementos individuales de su entorno. Puede producirse un deterioro de la capacidad visual y una posible pérdida de la visión como resultado de enfermedades o lesiones mecánicas. El nivel de funcionamiento visual y la calificación para uno de los grupos anteriores dependen de la progresión de la enfermedad, su curso y la extensión de la lesión.
Hay miles de personas con discapacidad visual viviendo en Chile. Muchos de ellos son reconocidos como ciegos y con discapacidad visual. El Servicio de Registro Civil e Identificación expide un Certificado de inscripción en el Registro Nacional de la Discapacidad a esta población que les otorga diversos derechos y beneficios.