A problemas comunes, soluciones colectivas

¿Qué haría yo en la nueva escuela, que era mucho más grande de lo pensado?

 

Una historia sobre buenos y malos profesores. La importancia de los amigos de verdad y cómo empezar la escuela secundaria con una discapacidad visual

 
 

Mi nombre es Luisa y tengo una discapacidad visual congénita. Siempre fui una chica muy ambiciosa en la escuela y quería sacar las mejores notas posibles. Pero dada mi discapacidad visual, no siempre fue fácil.

Durante la escuela primaria, sentí que no recibía la ayuda que realmente necesitaba, muchos profesores eran bastante desinteresados ​​y no tenían tiempo para ayudarme lo suficiente. Aunque por supuesto hubo quienes querían ayudarme de la mejor manera posible, también hubo quienes pudieron involucrarse pero no lo hicieron. Parecía más bien como si mis dos compañeros de curso, los más cercanos en la escuela primaria, hubieran estado siempre ahí para ayudarme. Gracias a que éramos amigos tan cercanos, no les resultó difícil. Pero de vez en cuando podía sentir que "no era su trabajo", en realidad todo su apoyo y ayuda venía de sus nobles corazones.

Gracias a mis amigos y a mis padres, que me ayudaron y me apoyaron, así como a mis profesores comprometidos, todo salió bien. Terminé mi enseñanza básica con excelentes calificaciones. Después del verano, llegó el momento de empezar la secundaria y me sentí muy nerviosa por cómo resultaría todo. ¿Recibiría la ayuda que necesitaba? ¿Qué haría yo en la nueva escuela, que era mucho más grande de lo pensado? Pero, sobre todo, ¿haría nuevos amigos?

La respuesta es que la época del Liceo ha sido la mejor de mi vida. Nunca había tenido un maestro tan bueno en toda mi vida. Útil tanto durante como fuera del horario escolar. Querían hacer todo lo posible para que fuera lo mejor posible para mí. Me alegró muchísimo, no creo que haya muchos mejores profesores que los que yo he tenido en la secundaria. También tuve la suerte de contar con compañeros de curso que podían ayudarme con todas las cosas prácticas que antes tenía que intentar arreglar yo misma: ampliar, escribir documentos, etc. Durante la secundaria también encontré a mis mejores y más cercanos amigos. Se siente maravilloso cuando pienso en ello.

Con toda la ayuda de los profesores, podía dejar que mis amigos me ayudaran, lo cual siempre quisieron hacer. El hecho de que toda la clase fuera comprensiva y muy servicial también, por supuesto, fue increíblemente divertido y estimulante.

En conclusión, sólo quiero decir que existe una gran diferencia entre los profesores y su enfoque cuando se trata de estudiantes con discapacidad. Algunos profesores no son tan buenos mientras que otros son absolutamente maravillosos, y he experimentado ambos lados.