A problemas comunes, soluciones colectivas

La Psicología de la Discapacidad

 

 

«Si yo no podía ser como las otras personas, por lo menos sería yo mismo, de la mejor manera posible»
Christy Brown - My Left Foot

 

Gran parte de la psicología del discapacitado está íntimamente ligada a la Psicología Social, o sea a la interacción de ese individuo con otras personas y en el ambiente propio de cada uno. De esa forma, el individuo portador de alguna deficiencia estará menos limitado por esta deficiencia que por la actitud de la sociedad en relación a la deficiencia.

Hay una historia española que puede ilustrar esto. Habla respecto de una tierra en que a sus habitantes, uno a uno, les va creciendo cola. Los primeros habitantes a quienes les crece tal cosa, semejante a la de los monos, hacen lo que pueden para esconderla. Desarregladamente, meten sus colas en pantalones y camisas largas con el fin de ocultar aquello tan insólito. Mas al descubrir que a todos les estaba creciendo cola, la historia cambia de forma drástica. 

En verdad, la cola se revela como de gran utilidad para cargar cosas, para dar movilidad, para abrir puertas cuando los brazos estuvieran ocupados. Estilistas de moda comienzan a diseñar prendas para acomodar, en verdad, para acentuar y liberar las recién formadas colas. Pronto, comienzan a usarse adornos para llamar la atención sobre esta novedad. Entonces, de repente, aquellos a quienes no les creció cola son visto como extraños y comienzan frenéticamente a buscar formas de esconder tal hecho comprando colas postizas o retirándose de la sociedad de "colas". ¡Qué vergüenza, no tener cola!

Esta influencia de la sociedad en excluir al diferente puede ser observada en el comportamiento de niños pequeños que parecen no haber sido influenciados por los modelos sociales. Juegan libremente con los niños diferentes : solamente después de incorporar los patrones culturales de perfección y belleza es que pasan a burlarse del niño con estrabismo, de cierto muchacho llamándolo de retardado, o imitando la tartamudez o el defecto físico de otro. Es una actitud de la sociedad, en la mayor parte de las veces, que definirá la deficiencia como una incapacidad y es el individuo portador de dicha deficiencia el que sufrirá las consecuencias de tal definición.

La Familia

 

-Desde el momento en que nace una criatura con deficiencia y es traída para la casa, el clima emocional de la familia se transforma. Gran parte de la reacción inicial será determinada por el tipo de información proporcionada, la forma en que ésta es presentada y la actitud de la persona que hace la comunicación. Estos aspectos citados serán bastante relevantes pudiendo determinar la aceptación de este niño en el núcleo familiar. Es poco adecuada la actitud de los padres en intentar disfrazar los hechos con el fin de disminuir el choque de los familiares, principalmente en relación a los niños, que conocen tan bien la "psicología" de los padres y sienten cuando están siendo engañados.

-Todos los padres que esperan el nacimiento de un hijo idealizan ese niño que está por venir al mundo, sea en los aspectos físicos o comportamentales de este nuevo ser. En los primeros días después del nacimiento del niño es importante que los padres puedan conciliar la imagen del bebé que se formaron en el período de gravidez (bebé idealizado) con las impresiones que ellos pasan a tener de este bebé real. En el caso de las parejas que tienen un niño con cualquier deficiencia, este momento es mucho más difícil. Así, algunos mecanismos de defensa surgen en el psiquismo de estos padres, y se manifiestan en comportamientos tales como:

--Negación-- los padres niegan la importancia del problema. Después del alta de la maternidad, los médicos los encaminan para una evaluación del niño en un centro de rehabilitación y los padres no realizan tal cosa.

--Proyección-- los padres proyectan la propia culpa en personas próximas, generalmente en los profesionales involucrados con el niño. En algunos casos depositan la culpa en el propio cónyuge.

--Rechazo-- los padres se alejan del bebé, no porque no se preocupen, sino porque les es muy doloroso preocuparse tan profundamente y sentirse al mismo tiempo tan completamente impotentes.

Los hijos cuyos padres presentan este comportamiento de rechazo pueden desarrollar sentimientos que interfieran en su propio comportamiento, tales como: ansiedad, tensión, sentimientos de inferioridad, auto-concepto negativo, inseguridad, falta de confianza en sí mismos, falta de iniciativa.

Sobreprotección

 

Generalmente se nota este tipo de comportamiento en las madres no permite que el hijo sufra un mínimo de frustración, la cual es importante para su desarrollo. De esta forma, la madre deja de lado su vida y pasa a enfocar toda su atención a ese hijo. Frecuentemente esta mujer pasa a tener dificultades en su relación conyugal y con sus otros hijos. Ella no se siente digna de tener un momento para sí, no consigue una descarga adecuada para sus tensiones y su conflicto aumenta.

El niño cuya madre manifiesta este tipo de conducta puede desarrollar comportamientos como posesividad y egocentrismo, baja tolerancia a la frustración, rebeldía o apatía. Es común observar en estos padres sentimientos naturales de miedo, dolor, desinterés, culpa, vergüenza, frustraciones y una sensación general de incapacidad e impotencia. Todos esos sentimientos son naturales, pues son raros los seres humanos que podrían aceptar de inmediato un hijo portador de una discapacidad.

El portador de la discapacidad

 

En lo que se refiere a personalidad, no existe un tipo o tipos que definan los individuos portadores de deficiencia. El único punto en común entre los portadores de deficiencia es la propia limitación, o sea todos presentan un déficit que los diferencia de la población "normal".

La deficiencia física o sensorial será vivenciada de formas diversas de acuerdo con la estructura de personalidad de cada uno. Así algunos encaran la deficiencia como un DESAFIO a ser superado con nuevas formas de adaptación y búsqueda de otros referentes. Otros muestran reacciones negativas de acomodación a la situación con momentos depresivos y de angustia.

De una forma general la deficiencia significa límites de acción y de expansión personales y, consecuentemente, puede acabar por segregar al individuo de la convivencia social alejándolo de las oportunidades normales de realización (personal, profesional, social, afectiva, etc.).

La persona portadora de deficiencia tiene las mismas necesidades de cualquier otro individuo. Él necesita ser amado, valorizado y sentirse participante del grupo familiar y social. Incentivado, puede volverse un adulto integrado y productivo.